El paisaje fue imponente en Cerrito. Integró la llamada generación del ´40 de la pintura de Córdoba. Su mirada anotó los cambios sociales que se producían en la ciudad, que lentamente iban borrando del mapa las barrancas. Entonces, su paisaje urbano tomó un tinte más social, dejando que el hombre habitara también estos cuadros, y no sólo los dedicados al paisaje serrano. Se incluyen obras vinculadas a la faceta social y de búsquedas plásticas. En el libro "ochenta años de arte argentino", el crítico Cayetano Córdoba Iturburu escribió sobre Cerrito: "No es lo pintoresco o lo risueño de las sierrras el motivo de sus intereses. Su visión, severa, nos muestra una sierra noblemente áspera, realizada mediante una expresión pictórica en que se unen un sólido criterio constructivo a un color grave y a una rica densidad de materia".
